Que vivan los besos en los bancos de las plazas,
sin importar la edad ni las canas.

Vivan los besos de corazón y a cara lavada,
los besos que son abrigo,
y los besos galletadelasuerte
que vienen con deseos incluidos.

Que vivan los besos que se dan los amigos.
Los de buenas noches,
los besos sanasana
que logran que el dolor
se vaya hoy o mañana.

Los besos postergados
que aún esperan cruzarse
en alguna esquina.

Los besos imborrables, los añorados,
los imaginados que, al fin y al cabo,
en alguna realidad paralela
seguro que fueron dados.

Los besos reprimidos,
que le suplican
una segunda oportunidad
a Cupido.

Los besos de película
empapados de lluvia
y con música de fondo.

¡Que vivan los besos! Los besos que nunca terminan.

Texto: Magela Demarco. Ilustración: Pascal Campion


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